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Retratos a Compañeras en la calle

Retratos a Compañeros en el estudio

Reflexión Retratos

Hacer retratos es una experiencia con la que además de captar su esencia, conectas de alguna forma con la persona fotografiada, ya que a través de esta se pueden ver reflejadas sus emociones, personalidad e historia.

La primera práctica fue sobre fotografía urbana, este tipo de fotografía me permitió mirar el mundo con otros ojos, observar el entorno de una forma distinta. La calle, los lugares por los que pasamos normalmente ofrecen una riqueza de detalles que pasan desapercibidos por la prisa de nuestra vida cotidiana. Gracias a esta práctica, en la que lo natural y lo espontáneo son protagonistas, he descubierto una nueva faceta de la fotografía.

 

Por otro lado, la fotografía en estudio tiene una dinámica completamente diferente. En este caso, el control es la clave. A diferencia de la espontaneidad de la calle, aquí todo debe estar cuidadosamente planeado. Desde la ubicación exacta de la cámara hasta los gestos y expresiones del modelo, cada detalle importa.

En cuanto al componente pedagógico, el retrato va más allá de enseñar a fotografiar. Hay que aprender a observar y leer las miradas, ¿qué es lo que realmente quieren fotografiar? En definitiva ver a través de la cámara, conocer su historia. No hay que intentar sacar una foto bonita (la que consideras que sales mejor), si no captar la esencia de la persona.

Hacer retratos en el aula creo que sería algo necesario, puede mejorar relaciones sociales entre el alumnado promoviendo un ambiente empático y comprensivo. A través de estas fotos nos damos cuenta de la diversidad y entidad de las personas, como posando de la misma manera nos da unas sensaciones u otras. 

Es muy importante saber que a partir de estos nos mostramos de una manera más natural a la que estamos acostumbrados hoy día.

Con un retrato una persona se puede mostrar de formas diferentes a través de sus expresiones o incluso a partir del cambio de vestimenta, como hemos hecho en clase. Este cambio, que en un principio puede parecer simple, te puede trasladar a otros lugares o épocas. Además al haberlas realizado en el estudio tuvimos la oportunidad de "jugar con las luces" y ver como nuestra cara reaccionaba a ellas.

En conclusión, considero que en los colegios debería haber este tipo de asignaturas, ya que al alumnado le serviría para abrir más la mente, no quedarse solo con lo superficial, analizar imágenes. Además se fomenta el desarrollo social y cultural, además de la creatividad de los niños, que cada vez está más limitada. 

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